Sin querer o no, las cosas cambian, al igual que las
personas, que los sentimiento que todo. Cambian o desaparecen. A menudo todo el
mundo suele experimentar estos cambios, a veces para bien, o a veces para mal.
Pero tarde o temprano nos damos cuenta que a veces, por mucho que duela, es lo
mejor. Lo mejor para ti, lo mejor para avanzar. He sufrido muchos cambios de
esos y ahora mismo, hablando de hoy por hoy, puedo decir que estoy bastante
bien. No sé ni cómo, ni desde cuándo, no sé nada, pero tampoco me importa.
Siento que vuelvo a tener esa ilusión, esa ilusión de salir a la calle, de
sonreír aunque sea sin motivos, y eso me encanta. Las cosas suelen irse para
darle espacio a otras mejores, y esa cosa mejor que tenía que entrar en mi
vida, ya lo ha hecho. Sí, tú. Siento esa necesidad de conocerte, siento esa
necesidad de verte, me parece todo esto realmente rápido pero quiero arriesgarme.
Quiero que contigo sea todo distinto, una nueva historia, nuestra historia,
donde todo lo escribamos en el libro de nuestras vidas solo tú y yo. No quiero
que sea el típico príncipe que se enamora de la princesa y superan todos los impedimentos
que se ponen, no. Quiero que en esta historia nos demostremos todo mutuamente.
Quiero ser yo quien te ponga delante de tu casa “tengo ganas de ti”, quiero que
si tenemos problemas, que no hable la razón si no el corazón. Que las dudas no
existan, que tú seas para mí y yo para ti. Que si algún día se presenta la
ocasión ir yo a por ti a tu casa y llevarte a tu casa, decirte lo guapo que vas
cuando te arreglas. Quiero que en esta historia, si nos pasa algo, desahogarnos
a la cara, arreglarlo juntos sin terceras personas. Y me arriesgaré a decir que
no te pediré un siempre, ni te lo prometeré. No sé tú, pero yo lo que te puedo
ofrecer es un hoy, con muchísimas ganas de un mañana.
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